El euro está recibiendo un impulso silencioso desde Fráncfort. Los nuevos comentarios de los responsables del Banco Central Europeo (BCE) y su último boletín económico sugieren que los responsables de política monetaria están ahora más preocupados por que la inflación se mantenga demasiado alta que por una caída por debajo del objetivo, justo cuando otros grandes bancos centrales profundizan en sus ciclos de recortes de tipos.

El BCE se aleja del tono dovish

En un discurso esta semana, Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, señaló que el equilibrio de riesgos en torno a la inflación de la zona euro se ha inclinado ligeramente al alza. Mencionó una economía en recuperación, una brecha de producción que se cierra y el esperado estímulo fiscal, además de unos precios de los alimentos todavía elevados y un crecimiento salarial que se modera más lentamente de lo previsto. En conjunto, este entorno no se parece a un escenario de larga infrainflación respecto al objetivo del 2 por ciento del banco.

Sus palabras llegaron casi al mismo tiempo que la publicación del último boletín económico del BCE. El informe muestra que el PIB de la zona euro creció un 0,2 por ciento en el tercer trimestre, frente al 0,1 por ciento del segundo, con los servicios y el turismo compensando la debilidad del sector manufacturero. La inflación general subió al 2,2 por ciento en septiembre, en línea con las proyecciones anteriores y todavía muy cerca del objetivo.

Divergencia en las historias del euro y el dólar

Este tono contrasta con las expectativas del mercado para la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Inglaterra, donde los inversores siguen descontando recortes adicionales de tipos en 2026 a medida que el crecimiento se enfría y los mercados laborales se debilitan. En el mercado de divisas, esta divergencia ya ha empezado a ayudar al euro a recuperar terreno. En las últimas sesiones, la moneda única ha logrado una modesta ganancia semanal frente al dólar, a pesar de que la incertidumbre sobre el cierre del gobierno estadounidense mantiene frágil el apetito por el riesgo.

Claves para los traders

Para los operadores de divisas, el mensaje tiene más que ver con un ajuste lento en las historias sobre diferenciales de tipos que con movimientos bruscos del tipo de cambio:

• Si el BCE se mantiene en pausa mientras la Fed y el BoE siguen relajando su política, las posiciones cortas financiadas en euros pierden atractivo.
• EUR/USD seguirá siendo sensible a las sorpresas de los datos estadounidenses, pero el escenario bajista depende cada vez más de una desaceleración real de la economía de la zona euro y menos de los viejos fantasmas de la deflación.
• Cruces como EUR/JPY y las parejas del euro frente a divisas de mercados emergentes podrían mantenerse volátiles, ya que el yen recupera su papel de refugio preferido y las monedas emergentes reaccionan sobre todo al apetito global por el riesgo.

El siguiente examen para esta narrativa algo más favorable al euro llegará con los próximos datos de salarios e inflación a ambos lados del Atlántico. Por ahora, el BCE está indicando que no tiene prisa por reanudar los recortes de tipos y ese cambio sutil ya proporciona un pequeño apoyo adicional a la moneda única más allá de lo que sugieren los titulares.