Qué ha pasado

El 15 de noviembre Bitcoin volvió a caer por debajo de los 100 mil dólares, después de una fuerte venta masiva en las bolsas estadounidenses que se trasladó al mercado de criptoactivos. El índice de miedo y codicia de las criptomonedas se desplomó hasta 10, un nivel que indica miedo extremo, mientras que el valor total del mercado cripto perdió casi un 6 por ciento en una semana. Las grandes empresas cotizadas del sector también sintieron la presión, al publicar nuevas pérdidas trimestrales y enfrentarse a un repunte del escepticismo entre los inversores.

Por qué importa para los mercados

El movimiento muestra hasta qué punto las criptomonedas están ligadas al sentimiento global de riesgo. Cuando caen las acciones y los inversores cuestionan las perspectivas de crecimiento en Estados Unidos y la trayectoria de la Reserva Federal, las posiciones con alto apalancamiento en Bitcoin y altcoins suelen ser las primeras en cerrarse. Las salidas de fondos de los ETF de Bitcoin y la caída del valor bloqueado en DeFi apuntan a un deseo generalizado de reducir riesgo, no solo a una limpieza intradía de posiciones especulativas.

Ángulo FX y macro

Para los operadores de divisas, la ola de pánico en cripto es una señal de que el apetito por el riesgo se está deteriorando. Suele apoyar al dólar y a otros activos refugio cuando el miedo se dispara, sobre todo si se combina con la incertidumbre sobre los datos macro de Estados Unidos y el calendario del próximo recorte de tipos de la Fed. Al mismo tiempo, el creciente interés institucional por productos cripto regulados implica que el estrés en este mercado puede retroalimentarse hacia los índices bursátiles y los diferenciales de crédito.

Qué vigilan ahora los traders

En los próximos días, el mercado observará si Bitcoin consigue mantenerse por encima de los últimos niveles de soporte, si se frenan las salidas de los ETF y si la actividad en DeFi puede recuperarse tras los recientes fallos de seguridad. Una mejora del tono macro y mensajes más claros de los bancos centrales podrían aliviar la presión con rapidez. Si el miedo sigue alto, el episodio podría transformarse en una corrección más profunda y desordenada en los activos de riesgo.